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Vicente de sueño a realidad

Hola a tod@s!! En primer lugar quiero agradecer a todas las personas que se tomaron el tiempo de leerme y de seguirme en instagram, confieso que soy una persona que vuela mucho con su mente y aunque a veces se me ocurren mil temas para charlar con ustedes, razón por la que me decidí a iniciar el blog, también me sucede que me estanco, así que agradezco de antemano la paciencia que puedan tenerme.

Como les dije en la entrada anterior, quería dedicar este post a mi embarazo y a Vicente, para que nos conozcan un poco más.

Estoy de novia hace casi tres años con quien hoy es mi “marido”, lo pongo entre comillas porque legalmente no somos un matrimonio, pero somos un poco chapados a la antigua, o como hoy les llaman a quienes son modernos pero les gusta lo antiguo, somos una especie de hipsters y como tenemos un hijo decir que somos novios nos quedaba un poco chico, no creemos en “las instituciones” (si, también somos medio hippies) por lo tanto no nos vamos a casar, el hecho de que viniera un bebe, no nos hizo cambiar de opinión, por suerte no estamos en una novela de las 3 de la tarde para pensar bombo=casamiento apurado. La aclaración no sé si venia al caso, pero el tema es que obviando que nos amamos, la verdad somos dos personas que luego de algunos actos fallidos en el amor, nos sentamos y nos propusimos a tener una relación distinta (no somos swinger ni tenemos una relación libre, no se asusten), como muy pocos seres humanos embarcados en una relación, decidimos que íbamos a tener comunicación, lo cual nos viene funcionando bárbaro. Es increíble lo que podes llegar a conocer a tu pareja si te interesa escucharla y conversar, es lo básico.

Con esa base plantada, empezamos de manera natural, y ambos con ganas de proyectar un futuro, queríamos mudarnos y más adelante, solo por cuestiones de espacio, tener a Vicente, si a él, lo soñábamos, lo imaginábamos, y cada cosa que hacíamos la veíamos haciéndola de a tres, pero por una vez en la vida quisimos hacer las cosas en orden y poder estar un poco más listos antes de que llegara.

Por esas cosas del destino por finales de junio, tengo un atraso importante. Asustada me hice todos los estudios que se requerían, pero dieron negativo, y nos pusimos muy tristes, estábamos con miedo, pero nos dimos cuenta de que también estábamos ilusionados, y así, decidimos que queríamos tener a Vicente con nosotros.

Fui al médico para chequear que todo estuviera en condición es para buscarlo y dejamos de cuidarnos, como dije antes somos medio hippies y creemos que las cosas pasan cuando tienen que pasar, así que no nos obsesionamos, y seguimos con nuestra vida, buscando un dpto., armando nuestra casa.

Al poco tiempo nos mudamos, y extrañamente mi marido que es súper intuitivo no me dejo cargar nada pesado, obviamente yo ya había cargado miles de cosas pesadas en la mudanza de mi casa a la nuestra y siempre fui “culo inquieto” así que hice mil cosas, sin mencionar que había tomado cerveza. Pero en ese momento yo aún ni sospechaba, no estaba en fecha para sospechar tampoco.

Al mes llega el cumple de mi suegra y decidí ponerme linda para la ocasión, nos encontramos con toda la familia en un restaurant y mi suegra (otra con superpoderes) me dice “VOS ESTAS EMBARAZADA” a lo cual me reí y le dije que no, que ni si quiera tenía un atraso pero me dejo pensando, yo sé que ella siempre la pega…

La semana me agarro súper descompuesta, puros vómitos y dolores de estómago, ahora si tenía un atraso de apenas días y además de mi trabajo en relación de dependencia dos eventos que cubrir como fotógrafa, pero estaba destruida, así que hice todo el reposo que me indicaron los médicos, pero me sonaba la voz de mi suegra y mis propias sospechas, luego de uno de los eventos le dije a mi marido que quería hacerme un test, así que él se encargó de comprarlo y cuando volví de trabajar, luego de cenar, haciéndonos los tranquilos me hice el test, dio POSITIVO, grite una puetada (no porque no me gustara la noticia pero no la esperaba tan pronto) y los dos blancos del susto nos emocionamos, y así empezó ese viaje, hasta que notamos que el test estaba vencido, pero me hice otro obvio jajaja .

Al otro día sostenía una ecografía que me decía que estaba de 8 semanas, a partir de ahí fue todo una montaña rusa de emociones.

A quien se lo contábamos primero?? Ni pensamos en la prudencia de esperar hasta las 12 semanas, estábamos tan felices y tan mentalizados, que así como lo llamamos a nuestras vidas, sabíamos que iba a llegar sin ningún problema, y que no importaba a cuantos se lo contáramos iba a estar todo bien.

Todos recibieron la noticia con mucha felicidad y me emociono la alegría de mis amigas al contárselo.

Fueron los mejores 9 meses de mi vida, aunque confieso que a medida que pasaban los días me agarraban más miedos, me cuide muchísimo, porque a pesar de nuestra seguridad, me daba miedo el mundo, lo que comía, como me movía, pero lo hacía todo igual, y con el máximo de tranquilidad.

Luego de las largas 12 semanas, la traslucencia nucal, el examen de toxoplasmosis y todo lo que te asusta, estaba lista para disfrutar de mi embarazo. Y a pesar de los vómitos que me duraron casi 3 meses, la mala sangre porque nadie me daba el asiento (se me empezó a notar la panza recién a los 6 meses), algún que otro comentario desalentador de la maternidad, charlas sobre el parto y sus tabúes en almuerzos familiares, y la maldita internet (créanme nada bueno sale de leer en internet), lo súper disfrute, porque fui una reina, cargaba una preciosa criatura en mí, y lo imaginaba, le hablaba, le saque miles de fotos a la panza, disfrute de la vida y cada momento, me reí fuerte y llore sin parar, y siempre tuve para mí a mi marido al pie del cañón, acompañándome a cada visita con el obstetra y clases de preparto, se perdió solo una ecografía y lo sufrió, no me pudo acompañar a los últimos monitorios porque no daban los horarios y se puso triste, pero me cuido como nadie esos 9 meses.

Y Despues de un hermoso baby shower organizado por mis cuñadas y mi suegra, junto con mis amigas, y las apuestas de fecha pasaba lo último de mi embarazo, iban pasando los días, las fechas que mis amigas habían vaticinado pasaron y yo aún esperaba, yo tenía mi fecha, nosotros sabíamos cuando venía, y cuando fuimos a la que pensamos era la anteúltima visita al obstetra, este nos dice “que no se le ocurra nacer mañana que es feriado”, era un 24 de mayo, y yo le dije, ahora que lo dijiste va a nacer, era mi fecha y esa madrugada tenia contracciones, ya las había tenido pero nunca llegaron a ser tan frecuentes, esa noche no paraban y recordaba como respirar por las clases, y cuanto debían durar, con qué frecuencia, debían ser de 40 segundos cada un minuto y estar así por dos horas y media para ir a la clínica, recuerdo que las demás noches de falsa alarma mi marido se quedaba despierto conmigo controlando, esa noche se durmió profundo, había tenido fiebre, y le dije que cualquier cosa lo despertaba, cuando ya empezaban a pasar las dos horas, le avise que me iba a bañar, se despertó asustado y confundido, no había caído, así al rato ya estábamos en la clínica que por suerte está a una cuadra y media, casi poseída como la chica del exorcista me retorcía y contorsionaba con cada contracción (confieso que me hubiera gustado manejarlo de otra manera pero no me salió) y habiéndome internado a las 8 am casi 8 hs de trabajo de parto, a las 16:05 mi vida cambio para siempre, miles de pensamientos atravesaron mi mente, y esta aventura de ser mama dejo de ser un juego que jugaba cuando era chica para ser realidad.

Ese bebe que tanto soñamos y esperamos, estaba con nosotros, nuestra familia estaba completa.

Fue duro al principio y por momentos lo sigue siendo, no es fácil ser padres. Tuve un postparto complicado, con mucha angustia, no sabía cómo hacerle entender a mi marido que estaba feliz, que era normal, porque para mí era difícil de entender también.

Pero hoy casi 9 meses después de haber conocido cara a cara a Vicente, disfruto también de ser mama y de casa cosa hermosa que sucede

Vicente mi enano loco

Vicente es un bebe bueno, y no solo lo digo porque es mi hijo, tiene bondad en la mirada, es cariñoso, se ríe todo el tiempo. Nos llenó de alegría, verlo crecer, lograr cosas que se venía proponiendo es maravilloso, como paso de ser un bebe que ni abría los ojos a un bebe casi nene que se para agarrándose de los muebles, aplaude para hacerte reír, te charla en su idioma y está lleno de curiosidad por el mundo, lo aman todos y somos felices de ver cuánto amor lo rodea.

Tener un hijo sin dudas es lo más determinante que marca tu adultez, podes seguir viendo dibujitos y riéndote por cosas tontas, jugar con el como si fueras un nene más, y aun así ponerte responsable cuando es necesario, que lo es la mayor parte del tiempo.

Ya no podes hacer un montón de cosas, que la verdad no cambiaría para nada por Vicente, esa etapa ya paso y aunque tuve que hacer un pequeño duelo por mi vida de mujer, aprendí a encontrarme de nuevo en este nuevo rol.

Es un viaje hermoso y para siempre, volvemos a descubrir el mundo a través de los ojos de nuestros hijos y somos felices de estar ahí.

Como dice la canción de Ivan Noble: Bienvenido a este lio enano de mi corazón


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